
La historia de Notre-Dame de Paris ha estado siempre vinculada a la de Francia. Fue construida en la Isla de la Ciudad, el corazón fundacional de la antigua Lutecia y actual París, en la segunda mitad del siglo XII. Impulsada por el obispo Maurice de Sully, tomó como referencia la arquitectura entonces innovadora de la abadía de Saint-Denis. La catedral experimentó diferentes transformaciones y deterioros en los siguientes siglos, entre las que se destaca la apertura en 1771 de un gran arco central en la fachada occidental por parte de Soufflot, para adaptarla a los ritos procesionales o el desmantelamiento de la primitiva aguja (1220-1230) entre 1786 y 1792, debido a su fragilidad.
Durante los eventos más radicales de la Revolución francesa, se sucedieron numerosas pérdidas de elementos de estatuaria, así como la fundición de las 10 campanas existentes como metralla.
A partir de 1844 comenzó una restauración general de la catedral dirigida por los arquitectos Jean-Baptiste Lassus y Eugène Viollet-le-Duc. Este último legitima los añadidos ya que piensa que “restaurar un edificio no es conservarlo, rehacerlo o repararlo; es restituirlo a un estado completo que puede que no haya existido nunca…” Restablecerá la galería de los Reyes de Judá y recreará el Tímpano del Juicio Final. También creará todo un imaginario de hasta 54 bestias, quimeras y gárgolas, en una interpretación de su propia Edad Media con alusiones a la novela de Victor Hugo. Devolvería a la catedral su aguja, inaugurada en 1859. Creó una sacristía para el tesoro y diversos elementos para las reliquias más importantes. Recuperó las vidrieras de colores que habían sido reemplazadas en 1756 por vidrios blancos debido a las quejas de los canónigos por la falta de luz.
El lunes 15 de abril de 2019 se declaró un importante incendio que siniestró la catedral. Los daños más significativos son la destrucción de la aguja central, el sistema de cubiertas de madera y el derrumbe de una parte de la bóveda. De manera urgente, se acometieron intervenciones para asegurar la estabilidad del edificio y posteriormente, se cubrió el mismo para proteger el interior. Se produjo la evacuación del tesoro y obras de arte más relevantes. Se iniciaría una movilización social, política y científica muy importante para iniciar la recuperación de la catedral, a cargo del arquitecto jefe de monumentos históricos Philippe Villeneuve. Las obras han continuado buscando salvaguardar la estructura (mediante cintras que permiten dotar de un nuevo equilibrio estructural al edificio tras perder su estructura de cubierta), pero también iniciando un largo proceso de desmontaje, registro, catalogación y ensayos, etc. Se trata de una investigación sin precedentes sobre la materialidad de Notre-Dame, utilizando las técnicas más punteras para conocer su estado actual y marcar las pautas para la rehabilitación.
Por otra parte, la presencia de Notre-Dame en el paisaje urbano de París va más allá de su simbolismo religioso, conformando parte de la identidad de la ciudad. Monumento histórico desde 1862 y Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1991, era el lugar más visitado de París, por delante del Louvre o la Torre Eiffel, alcanzando habitualmente los 13 millones de visitantes anuales hasta su cierre en 2019.
El debate que se propone pretende que futuros arquitectos, estudiando criterios de intervención en patrimonio, se planteen cuáles son los retos ante la recuperación de este edificio tan singular que ha ido evolucionando históricamente. ¿Qué disciplinas deben intervenir en el proceso de rehabilitación? ¿Qué estudios previos son necesarios? ¿Qué criterios de intervención se deben adoptar? ¿Qué problemas se plantean ante la recuperación de un edificio tan emblemático? ¿Qué tipo de materiales se deben emplear? Estas preguntas están abiertas a las que puedan proponer los propios estudiantes.
El presente debate estará abierto hasta el 28/05/2021.
Debate propuesto por Clara Mosquera para los estudiantes de la asignatura HTCA3 – grupo 4.01 del curso 2020/21.
18 Comments
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El incidente de este monumento histórico en Francia ha sido objeto de fuertes reacciones en todo el mundo. La reflexión sobre su renovación debe llevar tiempo. No debemos tomar una decisión precipitada, proponiendo un proyecto «de moda» que quedará obsoleto unos años después. No se trata de ser categórico y pensar en reconstruir la aguja de Viollet le Duc de forma idéntica. La intervención contemporánea del arquitecto debe ser diferente de la obra histórica, hay que respetar este límite entre lo antiguo y lo nuevo. Creo que debemos ver este problema como una oportunidad para profundizar en nuestras técnicas, analizando la antigua construcción, la estructura del edificio, para proponer una intervención sensible, inseparable del lugar y su entorno.
Las obras de reconstrucción de la catedral Notre Dame de París, destruida parcialmente por un incendio en 2019 se iniciarán una
vez que se termine de consolidar el edificio.
Todavía se desconoce cómo será la catedral después de su restauración, sin embargo, sí se conoce que la aguja de Viollet-le-Duc,
del siglo XIX y no perteneciente a la catedral original, será reconstruida de cero y de una manera idéntica a la existente antes del
incendio.
Tras el incendio comenzó el debate entre los partidarios de reconstruir la catedral con un toque contemporáneo y los que prefieren
reconstruirla de la manera más fidedigna a la catedral original.
Bajo mi punto de vista, considero que la arquitectura debe contar su propia historia, es por esto que no comparto reconstruirla
exactamente igual que la original como si nada hubiera pasado, ni darle un toque contemporáneo a una joya gótica como es Notre-
Dame. Creo que lo más acertado sería enfocar el proceso de rehabilitación en consolidar la estructura, reconstruir la cubierta (sin la
aguja) y diferenciando lo rehabilitado de lo preexistente, y no intentar borrar las huellas del incendio ya que ese hecho forma parte
de la historia del edificio. Creo que en la catedral deberían poder verse a simple vista las huellas del mismo, como la falta de la
aguja y los desperfectos que han quedado en la cubierta y la piedra de la envolvente.
La catedral de Notre Dame es uno de los mas importantes monumentos y edificios del mundo. Su importancia està en el valor arquitectonico y en el gran papel principal que jugò en la antiguedad, porque creo que en la epoca contemporanea nadie tiene gran interes en este edificio como lugar de adoracion. Con estas premisas yo creo que el aspecto ideologico pueda pasar en segundo plano y lo que debe ser el factor determinante de la intervencion es regresar al edificio la importancia y el papel de punto de referencia para la comunidad como lo tenia en pasado.
Hoy las prioridades han cambiados y no se puede pensar nunca mas a la catedral como a un lugar cristiano, muerto, donde los turistas solo entran y sacan fotos. La catedral de notre dame de paris tiene que volver a albergar funciones civicas y para la ciudadania, si no tambien comerciales y/o culturales, que son esenciales para la vida y el uso de un edificio de referencia como tiene que ser esto. Lo que espero es una vision laica y que integra servicios y equipamientos innovativos y sostenibles. Por eso la idea de una cubierta de cristal o de una cubierta practicable que permita funciones y haga atractivo esto lugar podria ser, para mi, una buena solucion. Yo creo que el intervencion en nuestro tiempo no tiene que ser timida y sometida al miedo de la importancia que tuve en pasado, tenemos que interpretar nuestro tiempo y coger estas ocasiones para traer edificios con un pasado glorioso a un presente glorioso. El principio fundamental de la rehabilitacion y restauracion creo que pueda ser esto:que los edificios no pierdan su importancia en el tiempo.
Ademas, nosostros no vemos hoy la catedral como era cuando fue construida y no nos quejamos por eso porque lo que vemos nos gusta. Esto significa que el importante no es conservar siempre igual a lo largo de los siglos, sino es hacer intervenciones bonitas y que den servicios substanciales a la comunidad, es decir, que sean funcionales.
Hay que tener en cuenta, que la catedral de Notre Dame, es del gótico inicial, por lo que su principal característica es la robustez, se trata de una arquitectura clásica, que a través de los años ha tenido sus restauraciones y distintas rehabilitaciones, entre ellas, la propia cubierta también destruida por un incendio, la cual fue sustituida por otra cubierta de madera, con el estilo de entonces con una nueva aguja, símbolo claro del gótico. Para su restauración o incluso rehabilitación es necesario que intervengan todas las disciplinas necesarias, ya que no solo es una cuestión de estética y mecánica, Notre Dame, también crea un perfil paisajístico en la ciudad urbana, y esa cubierta quemada es muy importante para este último, este es uno de los principales problemas que tiene este proyecto, he visto propuestas muy vanguardista, como esa cubierta de cristal que todos temen, que para gustos colores, pero no es una idea muy fuera de contexto, cuando ya antaño, se le puso una cubierta como se hacia en esa época, distinta a la que tuvo en un principio. Además, emplearía materiales muy preciso como el acero, que respetarían en tu totalidad lo existente, son manejables, incluso moldeable, sin duda, sería un material que respetaría todos los criterios de intervención necesario, no obstante, antes habría que saber si los muros, o mejor dicho los baquetones, arbotantes y los contrafuertes, siguen ejerciendo su función de soporte como es debido, si es así, no haría falta crear nuevos pilares interiores ni exteriores, o estructura flotante, y esa nueva estructura ya sea acero o madera, que son en mi opinión los mejores materiales para este tipo de intervenciones, se podrían apoyar sobre la estructura existente.
¿Se debería de aprovechar e intervenir mas allá de la cubierta? ¿Al menos en cuanto a espacialidad y uso se refiere?
Notre Dame es un símbolo que nos gusta a todos y que a todos nos gustaría volver a ver como era. Nos gustaría que la catedral recuperara su lugar entre las vistas más bellas y románticas de París y que todo sea como estaba. Pero nada puede volver a ser asì como era. Este último sin duda sería el camino que viollet -le-Duc tomaría. Notre Dame es ante todo una iglesia , uno de los símbolos del cristianismo, y por eso hay que respetarla sin distorsionarla . Al mismo tiempo hay cambiar esta ideologia de que se deberia necesariamente rehacer asì como era antes la iglesia; este ocurrido se podrìa ver como un ocasiòn, algo malo que puede convertirse en una «nueva» imagen tanto del edificio como de la ciudad.
Desde tiempo la catedral ha sido un icono del gotico, lo que se podrìa hacer ahora es volver a hacerla un icono de nuestras epoca, respetando su historia y monumentalidad, pero añadiendo algo nuevo, coherente con las tecnologias y innovaciones de nuestros tiempo. Con el fin de rehabilitar el edificio y retomarlo a su esplendor haciendo que la comunicacion entre dos epocas y dos maneras diferente de pensar a la restauracion entren en contacto y creen algo especial.
Lo interesante es que el incendio de la catedral de Notre Dame ha abierto un debate sobre las diferentes formas de rehabilitar el edificio no sólo entre los arquitectos sino también entre el público en general. Es una parte del patrimonio parisino que nos sensibiliza a todos, pero las opiniones difieren en cuanto a los métodos que deben utilizarse para su reconstrucción. Los elementos destruidos en el incendio, como la aguja y el techo de madera, son elementos únicos de la catedral y forman parte de su identidad. Pero quizás la reconstrucción debería favorecer el uso de otro material que no sea la madera. Esto plantea la cuestión del límite de la libertad en el proceso de restauración. ¿Es realmente importante reproducir los elementos tal y como eran? Creo que las restauraciones del patrimonio, como la de la catedral de Notre Dame, deben expresar la huella del tiempo, por qué no aplicando nuevas técnicas, en lugar de querer reproducir a toda costa.
Me gustaría recalcar la masiva participación de la población en cuanto a la reconstrucción del edificio, nunca antes se había visto tal aportación de capital para el costo de las obras. Cómo es posible que ocurra esto, cómo las personas de una ciudad pueden llegar a «amar´´ tanto un espacio urbano, qué factores o cualidades han modelado ese amor para que podamos extrapolarlo a otras ciudades y se cree un sentimiento de pertenencia al lugar y que nosotros mismos como usuarios del espacio cuidemos de él.
El debate ahora está en cómo reconstruir el edificio. En mi opinión, un edificio de tal magnitud y antigüedad que significa tanto para los habitantes tendría que seguir contando la historia de la ciudad, de hecho, las catedrales contaban la historia de la biblia mediante sus esculturas y frescos. Pues bien, creo que la intervención oportuna, aparte de una nueva estructura que sujete correctamente el edificio, debería de ser una intervención acorde a nuestro contexto histórico. Que se noten las heridas del incendio ocurrido pero que se reconstruyan los elementos preexistentes con materiales y técnicas actuales.
Después de lo ocurrido, se debe intervenir sobre la Catedral habiendo estudiado con detenimiento el edificio y realizar una rehabilitación que dialogue con las diferentes intervenciones que a lo largo del tiempo han ido sucediendo ella. Esto último me parece importante, ¿Cuál ha sido la visión de los diferentes arquitectos que han trabajado en Notre Dame? Cada uno de ellos ha marcado un antes y un después con su intervención, pero despues de todas ellas, sigue siendo posible una lectura del edificio que nos lleva a sus inicios, y nos vincula siempre a esta ciudad francesa. Con esta rehabilitación, es importante que esto siga siendo así, estoy de acuerdo con Laura cuando dice que el incendio es un hecho que forma parte del edificio, viendo innecesario borrar todos los restos del mismo. Actuar diferenciando la nueva arquitectura, que entabla relaciones con la antigua, pero dejándole su espacio. Además, entiendo a quien piensa que este debe ser un antes y un después, reconvertir la catedral desde una perspectiva laica, y enfocarla a un uso sociocultural, pero este hecho no se ha tratado de un deterioro por el paso del tiempo, sino algo de la noche a la mañana, que necesita ser digerido de una forma más sensible, realizando una sutil interpretación a lo ocurrido y no perder los valores que a lo largo de la historia sabiamente se han realzado.
Tras el incendio de la catedral, han sido muchos los interrogantes sobre como se actuará en Notre Dame, y que es lo realmente adecuado. Notre Dame es uno de los edificios más importantes de París y la decisión depende de muchos factores. En mi opinión, la intervención que se realice no se debería de limitar únicamente a reconstruir lo existente antes del incendio, ya que los tiempos han cambiado y las técnicas constructivas han avanzado mucho desde entonces. La Reconstrucción en Notre Dame supone una gran oportunidad de proponer nuevas ideas que, sirviéndose de las nuevas tecnologías, puedan dotar a la catedral de un nuevo estado que recuerde al anterior, pero que no olvide todo lo ocurrido en el incendio.
La catástrofe ocurrida en Notredame sobrecogió a Europa y al mundo entero. Algunas de las soluciones propuestas para llevar a cabo su reconstrucción han generado cierta controversia entre los profesionales dedicados a la arquitectura, historia, historia del arte y antropólogos.
Las soluciones varían desde intervenciones innovadoras, con la utilización de materiales modernos que distan de los originales; hasta las más conservadoras con la idéntica reconstrucción a la rehabilitación realizada por Violet Le Duc.
Si comparamos lo sucedido con el colapso del Campanile de la plaza de San Marcos, Venecia, construida originalmente en 1514, se volvió a levantar en 1912 tras el fallo estructural en 1902 manteniendo su forma original.
El incendio de Notre- Dame ha marcado un antes y un después en el panorama de la arquitectura y en la historia de la catedral. Sin embargo, el tomar como incentivo una catástrofe para reconstruir una nueva solución, dispar a la destruida, no es lo más acertado. El incendio ha supuesto la pérdida de una gran parte de la identidad del monumento, la aguja que se levantaba era reconocida como parte indiscutible del proyecto existente.
El incendio ha privado al edificio de la herencia de nuevas arquitecturas y la posibilidad de convivir, o no, con las existentes. Por lo que pienso que la reconstrucción de la catedral debe ser exacta a la rehabilitación realizada en su momento por Violet Le Duc.
La ¨recuperación¨ de un edificio de tal entidad es complicada, se pueden argumentar las diferentes posiciones respecto a su solución. En mi opinión, como bien nombra el título de esta entrada las actuaciones sobre Notre Dame deben ser de recuperación, recuperación del valor previo de este edificio. Sin más, en mi opinión modificar la arquitectura de un edificio que ha marcado la historia del arte y la arquitectura es un error. Creo que siendo pragmáticos, es más lo que se puede perder que lo que se puede ganar con una actuación que modifique las características previas mínimamente.
No me imagino que a nadie se le ocurriera modificar el proyecto de la Sagrada Familia de Barcelona por que se cayera una de sus torres.
En mi opinión hay edificios que han sido, son y deben ser así.
La importancia y simbología de Notre Dame para París y Francia hace que su recuperación sea tan compleja. No podemos caer en la tentación de actualizarla hasta un punto en el que pierda su esencia y se desvirtúe del contexto en el que se encuentra. Los grandes avances tecnológicos de hoy en día hace que la recuperación, rehabilitación o restauración del monumento deba ser especialmente cautelosa, intentando aplicar las técnicas actuales siempre en favor del monumento y lo que representa, sería un gran error transformarlo buscando una falsa actualidad que dentro de 100 o 200 años se viese totalmente fuera de lugar. En contraposición, tampoco creo que fuese totalmente acertado la recuperación completa del edificio, como se encontraba hasta antes de su incendio, ya que estaríamos falseando la realidad, tratando de hacer pasar como antiguo algo que no lo es, al menos del todo. Habrá que buscar el término medio entre algo demasiado innovador y dejarlo como estaba anteriormente, en ese punto estará la virtud.
Cuando se produjo aquel fatídico 15 de abril de 2019 el incendio que devastó gran parte de Notre-Dame, impactó en gran parte de la sociedad, ya no solo de Francia, sino de todo el mundo por su condición de monumento histórico y símbolo del patrimonio arquitectónico mundial. Desde mi punto de vista, desde que surge dicho suceso los procesos para la reconstrucción han transcurrido excesivamente rápido en el sentido más proyectual, es decir, cuando se produce el concurso de ideas, muchas apuestan sobre todo por el valor de la imagen. Es algo determinante cuando hablamos de un edificio de tales características, sin embargo, pienso que se debería plantear desde una restauración partiendo desde los valores históricos, sociales, arquitectónicos…, más que prime la imagen globalizada que adquieren muchos edificios tras ser rehabilitados. Tal condición puede significar un aumento mediático y turístico, pero Notre-Dame no necesita de una intervención tan espectacular (refiriéndonos al valor de la imagen), más bien volver al estado en el que se encontraba antes del incendio.
Si partimos desde la idea primitiva del arquitecto, no creo que hubiese deseado la imagen de algunos de los proyectos que se han realizado para el concurso. Opino que se debería de plantear como si él mismo hubiera formado parte del plan de restauración. Realizo una comparación con un ejemplo más cercano de mi entorno particular, el Muelle de Mineral de la Riotinto Company Limited en Huelva. Hace poco han puesto en marcha un concurso para unir los dos tramos seccionados cuando se realizó la vía que uniría la ciudad de Huelva con el nuevo polo químico que se construyó durante la dictadura de Franco. Leyendo algunas opiniones de la sociedad onubense al respecto (entres las que se incluye la mía) se extrae que existe el temor a que se realice un proyecto que desvirtúe la imagen con la que se concibió dicha obra de ingeniería civil. Desde mi punto de vista, me gustaría conocer el muelle tal como era antes, ya que solo lo he podido visualizar en unas pocas fotos. Extrapolándolo al caso de Notre-Dame, no creo que la sociedad parisina, francesa e incluso mundial desee un proyecto que transforme la imagen de Notre-Dame de antes del incendio, tanto que no se reconozca. Si atendemos a la intervención de Viollet-le-Duc no se equipararía a las ideas que algunos plantean ahora mismo, ya que se sigue entendiendo como tal la imagen primigenia.
Abogaría más por una intervención que se ciña al estudio multidisciplinar de los factores sociológicos, históricos, constructivos, arquitectónicos y consiga trasladar los resultados a la restauración de una forma más sencilla, clara y concisa, aunque se añada algún elemento nuevo respecto al estado previo, pero que nunca llegue a modificar la imagen inicial. Para ello, se deberían tener en cuenta los mismos materiales que se utilizaron para la construcción del edificio, así como el mismo estilo arquitectónico, con la posibilidad de introducir alguna variante distinta de ambos aspectos.
Recuerdo aquella noche de 2019 en la que Notre Dame comenzó a arder, y del posterior aluvión de críticas, proposiciones y publicaciones sobre la catedral. Pienso que una reflexión, pasado un tiempo después de lo ocurrido, es lo más acertado, debido a que las emociones se dejan atrás y se da paso a una perspectiva razonada del tema.
Hay que recordar que la catedral ya sufrió diversos daños durante su historia: tras la revolución francesa, muchos de los ornamentos, vidrieras y otros elementos fueron destruidos, dejando Notre Dame en un estado deficiente. En ese caso la figura que mayormente reivindicó su estado y la necesidad de una restauración fue Víctor Hugo, donde en Nuestra Señora de París (El Jorobado de Notre Dame según los ingleses) describe la grandeza y decadencia del monumento. Fue entonces cuando Jean-Baptiste Lassus y Eugène Viollet-le-Duc comenzaron la mayor restauración de la catedral en siglos, hoy parcialmente destruida.
Otro incidente fue cuando, en 1944, durante la investidura de Charlees de Gaulle, se tuvo que disparar a una de las torres debido a unos francotiradores alemanes atrincherados, sufriendo daños parciales, y su posterior restauración.
Por suerte, la destrucción actual no fue total ni tan grave como se temía. El temor de que se hundiera la catedral venía de la destrucción de la cubierta, pero se subestimaron la resistencia de los pilares y, junto a la labor de los bomberos de apagar el fuego en las torres, el templo pudo ser salvado. Además, hay que recordar que, si bien la aguja fue destruida, la mayoría de elementos perdidos no pertenecen al origen medieval de la iglesia, excepto el bosque de vigas de madera que sostenía la cubierta.
Tras el incendio, en un lapso de una semana comenzaron a aparecer propuestas de rehabilitación de todas las firmas arquitectónicas top del momento. Desde estructuras de vidrio hasta una piscina en la cubierta. En aquel momento me resultaron todas un despropósito, y deseaba con fuerza que se reconstruyera en base a los planos de Le Duc, o, incluso, según el modelo medieval original. Esto era imposible debido a que la representación en el medievo se hacía mediante mortero rallado en el suelo, por lo que desaparecían en cuestión de décadas.
Actualmente, tras un par de años de reflexión, sigo creyendo que la mayoría de propuestas eran un alarde de pretenciosidad de aquellos estudios. Sobre todo, porque se hicieron en el plazo de un mes, y hacer una propuesta para un monumento tan antiguo e importante para el mundo como es Notre Dame en ese plazo es asegurarse una falta de reflexión y estudio.
Finalmente, el gobierno francés decidió la reconstrucción integra de la catedral según el estado anterior. Personalmente, la intervención de otro estilo podría ser posible, pero debería ser con la rigurosidad y razonamiento que los maestros del pasado dejaron su huella en este edificio.
Además, habría que tener en cuenta la materialidad: la piedra de la catedral no es la caliza blanca que la mayoría de edificios de París poseen (esa se descubrió posteriormente), sino una más oscura, extraída de canteras locales y, en parte, recuperadas del antiguo templo románico. Metales como el plomo deberán ser dejados atrás y buscar alternativas más saludables y menos peligrosas.
Aún así, la clave de este proyecto es el planteamiento de la obra.
El nivel de detalle y cuidado puesto en todos los elementos de esta obra son debido a que los antiguos artesanos no pensaban que, por ejemplo, no debían de detallar una escultura a 40 m del suelo porque desde abajo no se iba a distinguir. Para ellos, Dios lo veía todo, y un templo dedicado a Dios debía de ser construido con el mayor detalle y la mayor belleza posible.
Para nosotros, existiendo o no existiendo Dios, debemos de poner el mismo esmero que los antiguos maestros, tanto en planteamiento como en ejecución, y así hacer que nuestra huella en la historia de Notre Dame sea una mejora a la catedral, no un arreglo.
Desde que se produjo el incendio de Notre-Dame me he estado planteando cuales serías los mejores criterios de rehabilitación que se podrían llevar a cabo. Prácticamente, desde el día siguiente del suceso, hemos sido bombardeados con imágenes y renders de posibles intervenciones «vanguardistas» o «contemporáneas», obviamente carentes de una reflexión de los valores históricos y patrimoniales del edificio, debido a lo prematuro de estas. Estoy de acuerdo con el modo en que las ha definido Astrid: «proyectos de moda», ya que buscan por encima de todo aportar una imagen novedosa, atractiva e incluso fugaz, en lugar de proponer una intervención a la altura del monumento que se suceda de manera natural y coherente con las anteriores.
Con esto no estoy defendiendo que se produzca una reconstrucción en estilo, creo que es preciso intervenir con las técnicas y criterios actuales. Aún así, me surgen muchas dudas si estaría justificada una reconstrucción en estilo, ante el simbolismo (para París, y toda Francia) que tiene el monumento y la pérdida tan dramática que ha supuesto. Hace 75 años se reconstruyó tras la Segunda Guerra Mundial el Centro Histórico de Varsovia por completo, recuperando su imagen tal cual, e incluso empleado las técnicas y materiales originalmente empleados. Un incendio no es comparable con una guerra, ¿pero este hecho trágico podría justificar una reconstrucción en estilo?
También me planteo si esto sucediese en algún monumento tan representativo de nuestras ciudades/países (ojalá no suceda), ¿Cómo me gustaría que se llevase a cabo la rehabilitación? Esta pregunta soy incapaz de responderla, me costaría mucho asumir una modificación tan radical en la imagen de algunos monumentos que considero símbolos de nuestra historia, aunque soy consciente de los criterios de intervención contemporáneos, y que no podemos producir una arquitectura anclada en el pasado.
El pasado 15 de abril de 2019, ocurrió una catástrofe que nadie se esperada, fue noticia mundial y dejó a todo el mundo conmovido. Tuvo lugar el incendio y destrucción de la Catedral de Notre-Dame, uno de los iconos más relevantes de arquitectura gótica del mundo y sobre todo de París que se convirtió en 1991 en Patrimonio Mundial. En este incendio se destruyó gran parte de la cubierta y sobre todo uno de sus elementos más característicos que le da imagen a la catedral que es la aguja diseñada en 1860 por el arquitecto Eugène Viollet le Duc. Muchas han sido las opiniones, propuestas y críticas realizadas hacia la restauración del propio edificio, Se han propuesto una gran cantidad de ideas, desde las personas que se caracterizan por promover un concepto más moderno de conservación para dar una nueva imagen a Notre Dam , hasta la restauración intentando conservar su estilo original. En mi opinión, al ser objeto de Patrimonio Mundial creo que Notre-Dam debería de conservar su estilo original ya que es un monumento reconocido en todo el mundo y que, aunque haya sufrido diversas restauraciones durante todos sus años, una restauración en con el estilo contemporáneo puede chocar con su memoria histórica y con los restos que han conseguido conservarse. Actualmente, existen nuevas tecnologías con las que podemos conseguir una réplica casi exacta de su estado anterior sin eliminar su historia y el aporte paisajístico que proporciona a la ciudad, añadiendo además a su historia las huellas que han quedado tras ese incendio.
¿Qué disciplinas deben intervenir en el proceso de rehabilitación? ¿Qué estudios previos son necesarios? ¿Qué criterios de intervención se deben adoptar? ¿Qué problemas se plantean ante la recuperación de un edificio tan emblemático? ¿Qué tipo de materiales se deben emplear? Dejándonos estas preguntas como cabecera del debate planteado ante el trágico acontecimiento el pasado 15 de abril de 2019, Veo que realmente a penas haber pasado unos días del suceso, muchos de los estudios ya estaban planteando, bajo mi opinión, de una forma muy apresurada y descontextualizada, intervenciones en la Catedral Notre Dame derruida, cuando pienso que debería ser algo mucho mas premeditado. Esta intervención no debería caer solo en una simple propuesta de un estudio de arquitectura, ya que deberían entrar en la valoración de la pieza muchas mas entidades relacionadas con la historia y el arte. Bajo mi punto de vista la intervención que se realizase debería hacerse notar de la catedral “original”, pongo original entre comillas ya que esta como sabemos ya ha tenido diversas intervenciones posteriores a su edificación. Debería de haber una diferenciación y no quedarnos en una sola reconstrucción, ya que pienso que así estamos dejando de lado ese trágico acontecimiento escondiéndolo en una reconstrucción de lo que había previamente.
Uno de los debates que más suena con la restauración de Notre-Dame van acorde a como se debe implantar la rehabilitación. Es ahí donde el ingenio de los arquitectos y su criterio deben ser precisos y resolutivos. La idea de reproducir exactamente como fueron las zonas afectadas, no es la mejor opción en mi opinión. Plantear una intervención que copie el modelo anterior, no genera un interés arquitectónico, la idea de enmascarar un fragmento de la historia no tiene ningún sentido en la sociedad actual.
La intervención en la catedral es una oportunidad de fusionar las distintas corrientes arquitectónicas de la época y darle un nuevo sentido a la obra. Tenemos la posibilidad de romper con el clasismo de las catedrales e iglesias de la época y proponer una nueva concepción de estas edificaciones. El estudio previo de la obra es necesario y cuanto más se conozca mejor se enlazará con la propuesta, pero si que pienso que podría ser bueno ofrecer una opción rompedora.
Ha habido otras rehabilitaciones con propuestas interesantes en otras ciudades de Europa. Estudiar como lo han implementado y nutrirse de esas corrientes contemporáneas es esencial. Uno de los proyectos que más me llama la atención es la cúpula del Reichstag en el parlamento de Berlín, un proyecto diseñado por el arquitecto Norman Foster en 1999 con la intención de simbolizar la Reunificación Alemana. La imagen es evocadora mostrando una diferencia de lo nuevo y lo que fue en su día, proponiendo muchas ideas de acondicionamiento, visión, recorrido y concepción del espacio, siempre abierto al público.